Recientemente la adicción a los videojuegos ha sido catalogada como un trastorno de la conducta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y es por ello que se debe prevenir poniendo límites para esta actividad y prestando mucha atención a cualquier señal que pueda ponernos en alerta.
Porque jugar a los videojuegos puede ser una excelente actividad que incluso aporte grandes beneficios a los niños. Pero debemos evitar que la afición se convierta en obsesión, siguiendo las recomendaciones que marcan los expertos.
¿Cuáles son los síntomas de adicción a los videojuegos?
Para que podamos hablar de un comportamiento patológico, éste debe causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional y otras áreas importantes.
- Cambio de comportamiento: Inquietud, impaciencia e irritabilidad, especialmente cuando no se puede tener acceso al medio adictivo.
- Aislamiento y confinación. Merma importante en la comunicación.
- Deterioro de las relaciones más cercanas.
- Justificación del tiempo utilizado al respecto.
- Abandono de otras actividades, especialmente si antes eran especialmente gratificantes.
- Mentiras y engaños para llevar a cabo a escondidas las actividades adictivas.
¿Cómo evitar que se produzca una adicción a los videojuegos?
La adicción a los móviles, nuevas tecnologías y videojuegos es una realidad en las consultas de psicología, y nosotros como padres podemos y debemos evitar que esta situación se produzca, siguiendo las recomendaciones de los expertos
- Informarse bien acerca del videojuego antes de comprarlo o descargarlo.
- Elegir videojuegos que estimulen la creatividad o fomenten la lectura.
- Descartar juegos que tengan un componente social online si no se va a poder hacer una supervisión adecuada por parte de un adulto.
- Procurar emplear una pantalla amplia, incluso una televisión y situarla en un lugar de tránsito en el hogar.
- Dedicar tiempo a escuchar y ver cómo reaccionan nuestros hijos mientras juegan.
- Cuidar su salud y descanso, poniendo límites de uso y prestando atención a su postura o condiciones visuales. No usarlos antes de acostarse porque dificultan la conciliación del sueño.
Es nuestra misión supervisar el juego de nuestros hijos, proporcionarles herramientas acordes a su edad y enseñarles a hacer un uso correcto y moderado de las tecnologías